Los mejores consejos sobre cómo lijar madera

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 Los mejores consejos sobre cómo lijar madera

Desde el punto de vista del lijado, los trabajos de restauración de muebles de madera requieren principalmente tiempo y paciencia, así como el uso de productos abrasivos adecuados. Durante estos trabajos debemos evitar, en la medida de lo posible, el uso de lijadoras manuales que ahorran tiempo, pero que por el contrario son propensas a provocar daños en la superficie y por tanto en el acabado final.

El proceso de lijado a mano es sencillo y no requiere gran técnica. Cabe recordar que con el lijado conseguimos los siguientes beneficios:

  • Limpia la superficie de la madera y elimina los defectos superficiales, así como también reduce la repelencia o el veteado de la madera.
  • Crea una rugosidad superficial suficiente para permitir el anclaje del barniz.
  • Mejora el acabado final, aportándole un tacto liso, suave y agradable.
  • En ocasiones pueden realzar un aspecto rústico, envejecido o con un marcado diseño en la superficie.

Recomendaciones básicas a tener en cuenta a la hora de lijar madera a mano

En la medida de lo posible, siempre debemos lijar a favor de la veta de la madera o a favor del efecto o diseño que se marca en la superficie. Hay que evitar lijar en sentido transversal, ya que de esta forma se verían más las ralladuras provocadas, al mismo tiempo que se levanta la veta de la madera.

Ejerce una presión de lijado mínima para lograr un acabado uniforme. Si el lijado se realiza con una presión excesiva, se generan zonas con brillo, pulidas, suaves al tacto, pero con una rugosidad no uniforme que dará como resultado colores no homogéneos en la fase de tintura o coloración. Del mismo modo, podemos encontrarnos con problemas de anclaje del barniz si la superficie lijada ha sido previamente pulida con una presión excesiva.

Es muy importante no apurar los abrasivos utilizados y sustituirlos cuando empecemos a detectar los primeros signos de desgaste.

No debemos lijar superficies de madera mojadas. La humedad en las fibras de madera evita que se levanten y se pueden quitar fácilmente durante el lijado. Además, el polvo generado se convierte en una especie de pasta que cubre el abrasivo. Si nos vemos obligados a trabajar sobre una superficie que ha sido previamente humedecida entonces debemos esperar hasta que esté completamente seca. De esta forma conseguiremos el efecto contrario, es decir, las fibras al secarse se han erizado y es más fácil de cortar.

Se recomienda limpiar la superficie de madera del polvo generado, especialmente entre lijados con diferentes granos ya que el polvo del lijado puede rayar la madera.

¿Qué técnicas de lijado debemos utilizar en el lijado manual?

Para el lijado manual de superficies planas, se recomienda utilizar un bloque de lijado. Este bloque en forma de taco transmite una presión de lijado uniforme en toda la superficie, evitando huellas de la presión de los dedos sobre el propio abrasivo y éste a su vez sobre la pieza. El bloque debe tener una dureza media, suficiente para suavizar los defectos de la superficie lijada.

Para superficies curvas, es mejor utilizar un bloque de espuma acolchado, que se adapta a las diferentes ondulaciones proporcionando un lijado uniforme y cómodo. La dureza de la espuma debe evitar que se marquen las zonas de presión de los dedos.

Para rincones o rincones de difícil acceso, se recomienda utilizar una rasqueta que sea afilada y que nos permita tratar la zona sin dejar rayas ni rayas.

Para lijar patas, husillos y otras áreas redondas, no se requiere el uso de bloques o tacos. Para tratar estas superficies solo será necesario envolver la pieza con una tira de tela o papel de lija, y tirar de los extremos hacia adelante y hacia atrás en un movimiento continuo de arriba hacia abajo para lijar toda la pieza. Para el lijado de este tipo de piezas se recomienda utilizar un grano de arena más grueso que el que se utiliza para superficies planas, lo que nos permitirá lijar mejor las cabezas y contravetas de la madera.

El lijado de cantos convexamente curvados se realizará presionando ligeramente con los dedos el soporte abrasivo. Para curvas cóncavas, podemos ayudarnos de un pasador que tenga el mismo diámetro que la curva y sobre el que enrollaremos el soporte abrasivo.

El lijado de tallas o grabados sobre la madera debe hacerse con una lija de grano más fino que el utilizado en el resto de zonas. Con esto, debemos evitar utilizar granos gruesos que puedan desdibujar el dibujo o aplanar las superficies redondeadas.

Las superficies enchapadas o patinadas deben tratarse con cuidado, ya que son recubrimientos sensibles. En ambos casos el lijado debe ser suave, con muy poca presión, evitando el desprendimiento de la lámina o la eliminación de la capa de pátina. Para este tipo de lijado se recomienda utilizar fibra abrasiva y/o lana de acero.

¿Qué abrasivos podemos utilizar para lijar a mano la madera?

Los abrasivos más comunes utilizados para el lijado a mano son: hojas o hojas de lija, esponjas abrasivas y lana de acero.

Las hojas de lija son la opción más utilizada para las operaciones de lijado, especialmente cuando se trabaja en grandes superficies. Se utilizan sobre tacos o mordazas manuales sobre las que se fijan las hojas abrasivas, consiguiendo así un mayor rendimiento y planitud de las piezas lijadas. Aquí tenemos los tipos de lija para lijar madera.

tipos de lija para lijar madera

Las esponjas abrasivas son bien valorados por su versatilidad y comodidad de uso para el usuario, lo que les permite ser utilizados en lugares pequeños o de difícil acceso, como puertas o marcos de ventanas, que tienen contornos o bordes. Se utilizan para acabado, decapado, eliminación de pequeños defectos o lijado entre capas de imprimación. Pueden ser de tipo grueso o fino.

La lana de acero es ideal para usar antes del acabado ya que suaviza la superficie y la deja en las mejores condiciones para el resto de procesos. La lana de acero, que está formada por alambre de acero, tiene múltiples aplicaciones, ya sea fina (para matizar barnices o aplicar ceras a la madera), media (liso entre manos y acabado antes de barnizar o pintar) o gruesa (eliminación de cera vieja, manchas, decapado...

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