Después de una década de burlas y ninguneo, los códigos QR, esos pequeños patrones cuadrados en blanco y negro que escanea con su teléfono para abrir un sitio web, finalmente están teniendo su momento. Si está pensando en sumarse a la ola de usos de esta tecnología que ha vuelto a despertar en respuesta a la pandemia, le recomendamos utilizar QRty para generar códigos QR dinámicos de manera sencilla e impulsar su negocio o idea.
La historia, usos y evolución de los códigos QR
Durante la pandemia, cuando nadie quiere tocar nada, los restaurantes reabiertos reemplazaron los menús de papel con códigos QR (y utilizaron los patrones digitales para rescatar las máquinas de refrescos). PayPal y Venmo lanzaron una opción de pago sin contacto para empresas con códigos QR, y CVS anunció rápidamente planes para implementarlos en 8.200 tiendas para fin de año.
Las compañías farmacéuticas incluso están desarrollando aplicaciones de prueba Covid-19 que muestran el estado de salud de los usuarios a través de códigos QR, lo que podría determinar si pueden volver al trabajo, entrar en un edificio o abordar un avión.
Por supuesto, estos desarrollos no son tan novedosos en China, donde los códigos QR son omnipresentes como herramienta para los pagos digitales. Dos tercios de la población los usaba ya en 2017. Pero para gran parte del resto del mundo, la repentina proliferación de pequeños cuadrados negros es una reivindicación inesperada para una tecnología ampliamente difamada.
Los códigos QR (abreviatura de códigos de “respuesta rápida”) comenzaron en 1994, en los laboratorios japoneses de una subsidiaria de Toyota llamada Denso Wave. El fabricante de automóviles necesitaba una forma fácil de realizar un seguimiento de las piezas del automóvil en la línea de montaje, y el código QR ofrecía una clara mejora con respecto al código de barras, que se había inventado 42 años antes. Los códigos de barras almacenan información en una serie de líneas unidimensionales, que pueden representar hasta 80 caracteres de datos. Pero los códigos QR estándar, que almacenan información en un campo bidimensional de cuadrados, pueden contener aproximadamente 100 veces más datos (suficiente espacio de almacenamiento, de hecho, para adaptarse a una versión simple del juego Snake).
Los códigos se mantuvieron en aplicaciones industriales hasta 2010, cuando los teléfonos inteligentes finalmente obtuvieron la capacidad de leerlos y traducirlos en enlaces web. Siguió una ola de exageraciones que predecían que los códigos QR abrirían un portal entre los mundos físico y digital: la realidad aumentada. Deseosas de posicionarse como conocedoras de la tecnología, las empresas comenzaron a pegar cuadrados en anuncios, edificios y uniformes de empleados, instando a los consumidores a escanearlos.
El único problema era que los códigos QR no eran utilizados.
En esos primeros días, los usuarios de teléfonos inteligentes tenían que descargar una aplicación a medida para escanear códigos QR, una gran pregunta solo para ver el texto del anuncio. Las conexiones de datos no estaban tan extendidas ni eran tan confiables como lo son hoy, lo que dificulta seguir los enlaces dondequiera que los encontrara. Y cuando el sitio finalmente se cargaba, a menudo era solo la versión de escritorio de la página de inicio de una empresa, que se veía terrible en los teléfonos.
Para diciembre de 2011, solo el 20% de los usuarios de teléfonos inteligentes de EE. UU., El 16% de los canadienses y el 12% de los españoles y británicos habían usado códigos QR, y las cifras solo disminuyeron desde allí. La tecnología se convirtió en un remate, asociado con un marketing poco convincente y engañoso.
Surgió una cuenta de Tumblr para documentar las aplicaciones más tontas en del código QR (por ejemplo, códigos QR impresos en zapatillas de deporte, códigos QR para decir cuando un melón está maduro, códigos QR que solo se puede escanear parándose directamente en las vías del metro) lo cual daba cuenta de las utilidades erróneas que se le daba a la tecnología.
Si bien la tecnología se estaba quedando en el olvido en los EE. UU., Se popularizó rápidamente en China, donde WeChat y AliPay adoptaron códigos QR para impulsar la rápida expansión de su negocio de pagos móviles. En una visita a China en 2014, el director ejecutivo de Snapchat, Evan Spiegel, quedó tan sorprendido por la tecnología que reunió de inmediato un equipo para crear una versión de marca para su aplicación, denominada Snapcodes, que permitía a los usuarios agregar fácilmente nuevos amigos. Estos pronto se popularizaron, apareciendo en todas partes, desde tarjetas de presentación hasta el sitio web oficial de la Casa Blanca, y generando imitadores de Facebook, Twitter, Spotify y Amazon.
El verdadero avance se produjo en 2017, cuando las actualizaciones de los sistemas operativos iPhone y Android dieron a prácticamente todos los teléfonos inteligentes nuevos el poder de escanear códigos QR desde sus aplicaciones de cámara nativas, sin necesidad de descargas especiales. Wired predijo la inminente coronación de la tecnología y declaró que "los códigos QR no son un fracaso del pasado. Son el futuro."
Aún así, los datos del gerente de QR Scanova mostraron un modesto aumento del 7% de 2018 a 2019 en la cantidad de hogares estadounidenses que habían usado un código QR en el último año.
En la cima de una ola de códigos QR inducida por Covid, los pronosticadores predicen una vez más que los códigos QR finalmente han llegado, esta vez para siempre. Si bien queda por ver si las empresas encontrarán mejores usos para ellos o si los consumidores perderán interés después de que pase la pandemia, los teléfonos inteligentes, el diseño web y los datos móviles ciertamente han avanzado mucho más allá de donde estaban cuando los códigos QR debutaron desastrosamente para el público en 2010. Ahora, este es realmente su momento, aproveche y genere sus propios códigos QR de la mejor manera, utilizando Qrty.mobi y logrando utilizar todas las ventajas de esta tecnología en favor de su negocio.
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