Cómo hacer yoga con mascotas: la guía definitiva para conectar con tu compañero peludo

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En el marco del Día del Animal, una fecha especial que invita a reflexionar sobre el amor y el respeto hacia nuestros compañeros de cuatro patas, queremos proponerte algo completamente distinto. No es solo una idea simpática, es una invitación real a transformar tu vínculo con tu mascota a través una práctica milenaria: el yoga.


Esta propuesta nace de nuestra comunidad de lectores en el blog Trucos y Consejos, donde el interés por los beneficios del yoga ha ido en aumento. Y si ya eres una persona que disfruta de esta disciplina, esta versión te encantará: hacer yoga acompañado de tu mascota. La experiencia es tan transformadora como divertida.


Más que una moda, se trata de una práctica consciente que muchos han comenzado a incorporar como forma de relajación, conexión emocional y bienestar mutuo. Ya sea con tu perro o con tu gato, el yoga compartido no solo fortalece el cuerpo, sino también el vínculo que te une con tu peludo.


Así que si eres amante del yoga y de los animales, esta es tu oportunidad para dar un paso más allá. Este artículo te mostrará cómo empezar, qué necesitas, qué beneficios tiene, y sobre todo, cómo mantener la constancia y disfrutar de cada momento con tu mejor amigo.


yoga mascotas


¿Qué es el yoga con mascotas y por qué deberías probarlo?

El yoga con mascotas —también conocido como doga en el caso de los perros o cat yoga cuando se hace con gatos— es una práctica adaptada de las rutinas tradicionales de yoga, donde se incorpora de manera natural la presencia de animales durante las sesiones.


Lejos de ser algo improvisado o puramente lúdico, el yoga con mascotas se ha convertido en una tendencia creciente dentro del mundo del bienestar. No se trata de obligar a tu mascota a imitarte, sino de invitarla a acompañarte, moverse contigo, relajarse a tu lado o simplemente estar presente en un espacio de calma y atención plena.


Muchos terapeutas holísticos y especialistas en comportamiento animal reconocen el valor de esta práctica: mejora la confianza, reduce la ansiedad, genera estados de relajación profunda y, sobre todo, fortalece la conexión emocional entre humano y animal. Es especialmente útil para animales que sufren estrés, hiperactividad o miedo a quedarse solos.


Además, si estás acostumbrado a practicar yoga, probar el yoga con mascotas será realmente un cambio en tu vida. Requiere que bajes el ritmo, que te adaptes al momento, que tengas mayor paciencia... y a cambio te ofrece una experiencia completamente nueva, enriquecedora y muy divertida.


Doga: yoga con perros para fortalecer el vínculo y relajar el cuerpo

Los perros son animales sociales por naturaleza, les encanta estar cerca de nosotros, y tienen una capacidad impresionante para sentir nuestro estado emocional. Por eso, el doga ha ganado tanta popularidad: se basa en el principio de que, si tú te relajas, tu perro también lo hará.


¿Cómo empezar?

Lo primero es elegir un espacio tranquilo donde tu perro se sienta cómodo. No necesitas que tu perro haga las posturas contigo (aunque algunos lo intentan). Basta con que esté presente, recostado a tu lado, o incluso que lo incorpores como parte del ejercicio: al cargarlo suavemente en algunas posturas, masajearlo o simplemente acariciarlo durante la meditación.


Existen posturas de yoga simples como el savasana (postura de descanso) en la que puedes recostarte al lado de tu perro. O la postura del niño, en la que te inclinas hacia adelante mientras acaricias suavemente su lomo. Lo más importante es que tu perro no se sienta forzado, sino invitado.


También puedes acompañar la sesión con música relajante, mantener un tono de voz suave y hacer que el momento sea agradable tanto para ti como para él.


Es una manera increíble de conectar con tu mascota de una manera diferente, y en este post aprenderás con dos videos tutoriales el dogyoga y el catyoga para aprovechar esos momentos de paz, calma y relajación con tus mejores amigos de 4 patas.


Aquí puedes ver el video tutorial completo para comenzar con el dogyoga: 



Cat yoga: cómo hacer yoga con gatos sin morir en el intento

Ahora bien… ¿y con gatos? Ahí es donde las cosas se vuelven realmente interesantes. Si tienes un gato, ya sabrás que ellos no hacen nada que no quieran hacer. Pero esa misma independencia hace que el cat yoga sea una experiencia única y completamente distinta a la del doga.


Lo más común es que al inicio tu gato simplemente te observe desde una esquina, o incluso te ignore. Pero con el tiempo y la constancia, empezará a acercarse, a curiosear, a sentarse encima de tu esterilla (porque claro, es su nuevo territorio), e incluso a frotarse contigo mientras haces ciertas posturas.


El truco está en no forzarlo jamás. Déjalo ser. Que se acerque cuando quiera, y si decide acompañarte, será un momento muy especial. Posturas como la del gato-vaca, la cobra o el perro boca abajo son perfectas para compartir espacio con tu minino sin invadir su espacio personal.


Si estás acostumbrado a practicar el yoga, prueba el yoga con mascotas, será realmente un cambio en tu vida. Recuerda tener mucha paciencia y constancia.


Aquí puedes ver el video tutorial completo de cat yoga para principiantes:



Consejos prácticos para practicar yoga con tus mascotas en casa

  • Elige un horario fijo: La rutina ayuda a tus mascotas a anticiparse y prepararse. Practicar siempre a la misma hora les da seguridad.
  • Espacio libre de distracciones: Nada de televisión, celulares o juguetes ruidosos. Un ambiente calmado es clave.
  • Lleva snacks o premios suaves: Recompensa su calma, su compañía, o simplemente su participación.
  • No corrijas ni disciplines durante la sesión: El yoga no es un entrenamiento. Si tu mascota se aleja, respeta su decisión.
  • Sé flexible: A veces el yoga con mascotas no saldrá como lo esperabas. Lo importante es la intención de compartir, no la perfección.

Recuerda que la práctica hace al maestro, y aquí no se trata de lograr posturas complejas, sino de disfrutar la experiencia junto a quien más amas.


Paciencia, constancia y conexión: la clave para que funcione

Una práctica como esta requiere soltar las expectativas. No todos los días tu perro querrá acostarse contigo en savasana, ni tu gato respetará tu espacio. Pero justo ahí está la magia.


El yoga con mascotas te enseña a ser paciente, a vivir el presente tal como es, a aceptar el flujo de la energía compartida. Aprendes a soltar el control, a fluir con lo que hay, a sonreír cuando tu perro interrumpe tu meditación con una lamida o cuando tu gato decide que tu cabeza es una buena cama.


Cada sesión es diferente. A veces más caótica, otras más serena. Pero en todas aprendes algo nuevo: sobre ti, sobre tu mascota, sobre el vínculo que los une.


Beneficios físicos y emocionales del yoga compartido

  • Reducción del estrés: Para ti y para tu mascota. La respiración profunda y la atmósfera de calma ayudan a reducir la ansiedad.
  • Fortalecimiento del vínculo afectivo: Pasar tiempo de calidad en una actividad relajante profundiza la conexión emocional.
  • Ejercicio físico suave: Especialmente útil si tú o tu mascota tienen movilidad limitada o están en recuperación.
  • Conciencia corporal y emocional: Aprendes a observar a tu mascota y a ti mismo con más atención y empatía.
  • Rutina saludable compartida: Una forma de incorporar el bienestar a la vida diaria, juntos.


Conclusión: cambia tu práctica, transforma tu relación con tu mascota

Practicar yoga con mascotas es mucho más que una tendencia simpática de redes sociales. Es un acto de presencia, un espacio de conexión real, una oportunidad de crecer juntos desde la calma.


Tal como lo vivimos en nuestra comunidad de Trucos y Consejos, este tipo de experiencias nos recuerdan que los animales no son solo parte de nuestra rutina: son nuestros compañeros de vida. Y cuando los invitamos a formar parte de nuestras prácticas de bienestar, también les estamos enseñando que los amamos, los respetamos y queremos compartir nuestra energía con ellos.


Así que ya sabes: esterilla en el suelo, respiración profunda, mirada suave… y a disfrutar del viaje. Porque si hay algo mejor que hacer yoga, es hacerlo acompañado de quien siempre te espera con amor incondicional.

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