¿Cuánto debe durar el hombre en la cama?

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Cuando se trata de la salud sexual, existen muchos mitos y tabúes tanto para hombres como para mujeres. En los adultos la "hombría" suele verse afectada por problemas de eyaculación precoz o de impotencia, que tienen solución. Sabemos de la respuesta psíquica de los hombres ante estos problemas, la reacción de la mujer cuando piensa que "la culpa es suya" y de los problemas que las dificultades sexuales traen en una relación de pareja; el ritmo de vida estresante y la mala alimentación, entre otros tantos factores, influyen en el mal rendimiento sexual del hombre, pero tanto la eyaculación precoz como la impotencia se pueden tratar.

Aquí te dejamos un artículo muy interesante que responde a una pregunta ancestral que lleva a la duda de millones de personas alrededor del mundo:

Cómo tratar eyaculación precoz o de la impotencia

¿Cuánto debe durar el hombre en la cama?

Desde tiempos inmemorables, hay una pregunta que da vueltas en la cabeza de todo el mundo, especialmente de los hombres: ¿cuánto tiempo debe durar el sexo? Mientras que la industria del porno se ha empeñado en hacerle creer a la sociedad que en en el sexo, más es mejor; lo cierto es que entre la ficción y la realidad media casi un abismo.

La duración del sexo se ha convertido en una obsesión para muchas parejas y resulta bastante habitual encontrarnos con artículos en los que se habla de qué posturas hay que ejecutar para que los hombres puedan retrasar al máximo su eyaculación o cuáles son los lugares clave que conviene tocar en un momento determinado para alcanzar el clímax en hombres y mujeres.

Diversas investigaciones científicas han intentado estimar en un buen número de ocasiones cuántos minutos debe durar una relación sexual para ser considerada satisfactoria o por lo menos "suficiente".

Uno de los primeros científicos que trató de develar la incógnita fue Alfred C. Kinsey, un entomólogo de Indiana, Estados Unidos, cuyo trabajo acabó encaminándose a la sexualidad humana.
Este norteamericano publicó en 1948 Sexual behaviour in the human male (traducido como El comportamiento sexual en el hombre), un libro en el que, a través de 5.300 entrevistas a hombres de etnia caucásica, plasmó toda una serie de conclusiones sobre la conducta sexual masculina  heterosexual y homosexual.

Gracias a sus investigaciones se pudo concluir que el 75% de los norteamericanos eyaculaba en menos de dos minutos tras la penetración al menos la mitad de las veces. Es decir, el coito no duraba más de 120 segundos.

Desde entonces, todo ha cambiado bastante y los tiempos de relaciones sexuales promedio han ido ampliándose a medida que pasa el tiempo. En 2004, investigadores del departamento de Psicología de la Universidad de New Brunswick (Canadá) preguntaron a 152 parejas heterosexuales cuál era la duración real e ideal del coito y los juegos previos en sus relaciones sexuales.

Los resultados arrojados lograron señalar que la mayoría de los participantes estudiados dedicaba entre 11 y 13 minutos a los juegos previos y entre siete y ocho minutos al coito. Sin embargo, los participantes aseguraron que esperaban que sus relaciones sexuales duraran el doble de tiempo. Estas expectativas, en palabras de los investigadores, estaban "más relacionadas con los estereotipos sexuales adquiridos que con los deseos sexuales de sus compañeros".

El estudio más amplio y riguroso realizado hasta la fecha para estimar el tiempo promedio de eyaculación (o tiempo de latencia de eyaculación intravaginal, tal y como se denomina en terminología médica) fue publicado en el año 2005 en la revista Journal of Sexual Medicine. Un equipo de investigadores del departamento de Psiquiatría y Neurosexología de un hospital de La Haya convenció a 500 parejas heterosexuales estables de distintos países del mundo (Países Bajos, España, Estados Unidos, Turquía y Reino Unido) para que cronometraran sus relaciones sexuales durante cuatro semanas.

El método del estudio fue realmente "raro": los participantes, cronómetro en mano, presionaban el botón de "start" cuando comenzaba la penetración y el botón de "stop" cuando llegaban a la eyaculación.

En este estudio los investigadores encontraron que había una variación de tiempos enorme entre los participantes. De hecho, el promedio de cada pareja durante estas 4 semanas varió de los 33 segundos a los 44 minutos. Sin embargo, los investigadores concluyeron que el tiempo medio de la duración de un coito era de 5,4 minutos.

Otro estudio en el año 2008 abordó de nuevo la cuestión sexual desde un punto de vista diferente. Dos investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania (Estados Unidos), Eric Corty y Jenay Guardini, intentaron establecer qué tiempo, en lo que al coito se refiere, se puede considerar como "aceptable", "deseable", "demasiado corto" o "demasiado largo". Para ello entrevistaron a 180 miembros de la Sociedad de Sexoterapia e Investigación de Estados Unidos y Canadá, un organismo internacional que promueve el estudio científico de la sexualidad clínica y cuyos integrantes tenían al menos 3 años de experiencia como terapeutas sexuales.

Los resultados de este trabajo, publicados en la revista Journal of Sexual Medicine, establecieron que el sexo es "demasiado corto" cuando la eyaculación se produce entre 1 y 2 minutos después de la penetración, "aceptable" cuando el coito dura entre 3 y 7 minutos, y "deseable" cuando se prolonga entre 7 y 13 minutos. Así, si el coito dura entre 10 y 30 minutos puede considerarse dentro del rango de "demasiado largo".

Hoy en día vivimos en una sociedad que tiene una visión casi pornográfica del sexo y que vive obsesionada con la duración del acto sexual. La realidad indica que tras una fase previa de excitación sexual, la duración media del coito se sitúa en los 6 minutos. Sin embargo, al contrario de lo que se piensa habitualmente, no tiene por qué haber penetración en todas las relaciones sexuales.

Se suele pensar que si no hay coito, no hay relación sexual. Y esta es una concepción equivocada de las relaciones. Una pareja puede alcanzar una buena salud sexual de muy diversas formas. Y ninguna de ellas se mide a través del tiempo que dura el sexo o la frecuencia de nuestras relaciones.

Sin embargo es conveniente saber qué es lo que le gusta a tu pareja y qué duración le parece disfrutable, y si no logras llegar a ese mínimo, no dudes en buscar ayuda profesional con productos ideales para combatir la eyaculación precoz, entre otras disfunciones sexuales.

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